Me han parecido un ejemplo de dignidad y normalidad institucional las exequias por el recién fallecido ex presidente Suárez y hay que señalar que ha sido de agradecer.
Salvo algún enano moral que siempre ha de dar la nota y algún concreto ejemplo de excesiva hipocresía, en general todo el mundo se ha portado como es menester en tales circunstancias.
Ya sé que se incide mucho sobre la diferencia en el tratamiento que tantos le otorgaron entonces y el ahora- y con bastante razón- pero esos que lo critican ¿qué querían? ¿ acaso que alguno escupiera sobre el féretro...? lo que a menudo se llama "hipocresía" es simple y llanamente lo que nos permite convivir en civilización y sin sacarnos los ojos.
Seguramente, habrá una evolución personal sincera como la que él mismo protagonizó en algún caso y la perspectiva de la experiencia y los años para cambiar de opinión, y en otros serán en efecto lisa y llanamente lágrimas cocodrileras, que siendo las justas y austeras bienvenidas son, pero que sobreactuadas y aspaventeras causan vergüenza ajena.
Lo mismo que la forma de agradecer que tienen algunos las libertades de las que tan beneficiados resultaron ciscándose en el invento y tratando de deslegitimarlo incluso a puñaladas y ladrillazos a la autoridad (espero el día en que esa ideología criminal y sembradora de odio ocupe el lugar de ostracismo que le corresponde equiparada a sus primos hermanos del nacionalsocialismo, eso fue un error)
Ni creo que Adolfo Suárez se pareciera a Churchill ni deba ser beatificado, ni creo que fuera un traidor, rojo y masonazo- de qué me sonará eso, por Dios- ni que fuera el mejor ni el peor del mundo mundial, seguimos sin encontrar el término medio que tanto se esforzó en buscar.
Aquel tiempo estuvo lleno de grandes errores, algunos se evidenciaron muy pronto y otros mucho después, pero estas cosas solamente se advierten con la perspectiva y no son achacables ni sólo a una persona y ni siquiera al modelo, con los fallos obvios de cualquier empresa humana, sino más bien a las profundas y continuadas deslealtades de algunos que reniegan de lo que han obtenido y rubricado.
Es normal además que en tan convulsos tiempos de cambio, en algunas cosas muy brusco para la debida adaptación, hubiera mucha gente corriente y decente disgustadísima con la cosa y con las formas de hacer- en eso veo paralelismos también con la crisis que aún nos sacude en tantos órdenes- ya que a pesar de no haber libertad de prensa o políticas, en la década de los sesenta el Régimen se descafeinó muchísimo y se vivía razonablemente bien con el buen rollito del descubrimiento del desarrollismo y la nueva gallina de los huevos de oro, el Turismo (con o sin suecas), pero la crisis del petróleo, las movidas politiqueras de una vez empezado el desmontaje de autoliquidación de los aperturistas y los sectores recalcitrantes que se resistían, y de los extremos contrarios rupturistas, envenenaron enormemente el ambiente y amenazaron seriamente la operación que fue un verdadero encaje de bolillos.
A todo eso hay que añadir el componente de una repentina inseguridad ciudadana que por lógica antes era inexistente, y la gran cuota de sangre derramada a causa de toda clase de terrorismos, pero en particular el marxista leninista, que en cierta época ponía un día sí y otro también muertos sobre la mesa, casi todos uniformados, ante la aparente indiferencia de la clase política y gran parte de la ciudadanía excesivamente permisiva y garantista en reacción al autoritarismo reciente para dolor e irritación de los sectores más afectados y gentes de orden.
Todo ello hay que tenerlo en cuenta porque no todo fue el camino de rosas sin espinas que algunos pintan, aunque tampoco el origen de todos nuestros vicios y males como otros deslegitimadores actuales pretenden en su afán de arrasar con todo para partir de un cero decente aseguran...o para justificar lo injustificable del Tejerazo entonces y el que otros tantos de distinto signo están pidiendo en la actualidad a gritos a todas horas (al menos entonces no había cloacas sociales y aunque quizás hubiera menos gente con estudios, el público general era más educado que ahora, eso que ganaban)
También se consiguieron muchísimas cosas que tal vez ya no valoremos a fuerza de verlas normales, y lo principal y más importante pasar de un sistema autoritario a uno de libertades sin un nuevo enfrentamiento entre hermanos gracias a las cesiones de todos y a la esperanza y empuje de la mayoría del pueblo español.
De la oposición a degüello casi salvaje que le hicieron unos y de las puñaladas traperas del faccionalismo interno de sus amigos presuntos prefiero no hablar, pero sería igualmente edificante que se extraigan las más que oportunas lecciones.
La cara más visible de aquel zozobrante pilotaje acaba de dejarnos, y creo que fue una persona cabal y puso todo su empeño sincero en hacerlo posible, entonces era una cría y no lo veía como ahora puedo- creo que tengo que escribir algún día un capítulo de mi biografía sobre ello- así que solamente quiero hacer constar mi respeto porque al fin se le ha hecho algo de justicia en lo afectivo ya que su lugar correspondiente ya lo había ganado por derecho propio en nuestra Historia.
Posdata: Carrillo seguía siendo un genocida y podían haberse buscado a otro sí, ya lo creo, pero ya lo había indultado Franco en el 69, ahora que está de moda hablar de indultos.
Segunda posdata: creo que tiene razón Iñaqui Ezquerra en ABC al decir que el pecado de Suárez- de lesa humanidad para muchos- fue conseguir que nos entendiéramos por una vez en la vida y no nos liáramos a garrotazos, eso aquí no se perdona.
Tercera posdata: entrevista inédita hasta ahora a Adolfo Suárez también en ABC:
"(...) La imagen que ofrecemos los políticos es terrible...vivimos una crisis profunda, que no es en absoluto achacable al sistema político. Pero la democracia exige a todos una responsabilidad permanente. Si nosotros fuéramos capaces de transmitir al pueblo ese sentido de la responsabilidad, si lo tuviéramos perfectamente informado, el pueblo español asumiría todo lo que supone la soberanía ciudadana. Pero le hemos hecho creer que la democracia iba a resolver todos los grandes males que pueden existir en España...y no era cierto. La democracia es sólo un sistema de convivencia. El menos malo de los que existen. (...) "
Esta entrevista no se publicó finalmente por su excesiva sinceridad.
Descanse en paz.