MÁS DE CAL Y ARENA

Lo mejor de la semana sin duda, la limpia de la cúpula policial del Faisán y el 11-M, que corra el aire...si satisfechos estamos los ciudadanos, no digamos los sindicatos policiales y los propios agentes ya que se tiende a meter todo en un mismo saco y la sombra de la sospecha se extiende cual mancha inmensa, y éste "chapapote", que le encanta a la izquierda, es bastante más difícil de limpiar.

Borrón y cuenta nueva pues, aunque muchos de los salientes deberían ir "caminito de Jerez" que decía un juzgador también igualmente condecorado por Rubal, y quizás alguno acabe yendo si continúan por buena senda los trabajos de la juez Cillán y algún otro, lo último los testimonios de dos Tedax que vuelven a llevarle la contraria a Sánchez-Manzano y aseguran no haber visto ningún cartucho de Goma II-ECO, y supongo que muchos recordarán el famoso video de la pericial...

 Cosidó también ha hablado de revisar esas políticas tan sueltas en lo de premiar, que en los últimos tiempos dan para tantos escándalos. Me parece estupendo.

Lo que pasa es que seguimos en eso de la cal y la arena, y al mismo tiempo nos enteramos de una reunión secreta de Zapatero con el ministro del Interior, y uno se pregunta de qué habrán estado hablando estos dos durante dos horas y el barrunto es que de nada bueno...para colmo, Basagoiti sigue de palanganero del lloroso Pachi, valedor de etarras, y hasta se llega a reunir con los voceros de esta gentuza, por algo les estorbaba San Gil...esto casa poco con la contundencia gratificante de otros prebostes sobre la cuestión. Están muy bien las declaraciones sobre la aplicación estricta de la legalidad, y sin embargo la semana pasada nos hubiera gustado una comparecencia del señor Fernández Díaz inmediatamente después de la manifestación de bestias sin arrepentir y el incumplimiento de todas y cada una de las condiciones impuestas por el juez Marlaska en aquel concurrido aquelarre, como siempre hacían sus antecesores del mismo partido en el cargo que ahora ocupa.

También tenemos por fin, nueva delegada del gobierno en la capital del Reino que sustituye a la colegui de los okupas y demás especies de guerrilla urbana, lo cuál es muy de agradecer.

Lo peor, la sentencia del caso de Marta del Castillo y la extendida sensación no ya sólo de la consabida impunidad, ya antigua y de todos conocida por el excesivo y acomplejado garantismo de nuestra legislación tan benigna con el criminal, sino la indignación añadida de comprobar que unos niñatos de chichinabo se chotean y tienen en jaque a todas las instituciones y a la Nación sin que nadie consiga hacerlos hablar.

Es más que urgente que las nuevas autoridades arreglen las cosas en tal sentido, "en caliente o en frío" para que se olviden de las habituales monsergas del averiado discurso progre tan comprensivo con el delincuente, y hagan algo antes de que este pueblo harto tenga apetencias de jugar al juez de la horca o asistamos a un remake de Fuenteovejuna.