Sobre el terrible asesinato de la presidenta de la Diputación y del PP en León ya está casi todo y demasiado dicho, un suceso así siempre causa conmoción, y aunque se ha resuelto de forma rápida, igualmente ha dado lugar a infinita especulación, cosa al parecer ya inevitable en todo asunto a causa de la inmediatez y la jauría social que esputa su bilis en la inmensa corrala de las redes.
Como digo, se supo prontísimo que las autoras del crimen ni vivían en una indigencia fruto de los recortes y que incluso militaban en el mismo partido que su víctima, con lo cual se quedaban sin esas jugosas coartadas algunos, pero eso ya da todo igual, la víctima era "un político" y ya volvemos a aquello tan repugnante del "algo habrán hecho" de cuando la ETA asesinaba uniformados principalmente.
Llevo ya un par de años predicando en el desierto acerca de la criminalización populista de nuestros representantes- magnifica columna de Ignacio Camacho sobre "la Yihad antipolítica" en el ABC- y demás instituciones en general, que si bien en bastantes casos son muy mejorables, manifiestamente lo son, no se acaban de bajar de un platillo volante con la única misión de dominar y esclavizar al pueblo como se deduce de tanto discurso demagógico y simplón aumentado exponencialmente al calor de esta tremenda crisis (y eso tampoco es ninguna novedad, por cierto) sino que salen de ese mismo pueblo que igualmente participa en distintos grados de esa corrupción que tanto dice aborrecer y que sólo aprecia con las gafas de lejos.
Antes de que me muerda alguien, no estoy diciendo que todo el mundo es corrupto, tampoco todos los políticos lo son aunque tantos se empeñen, pero el mejorar esta situación es cosa de todos desde lo pequeño a lo más grande, y de la recuperación de ciertos valores básicos perdidos, aunque cada época ha tenido sus pecados particulares y ninguna es como para presumir mucho- esto va por cierto tipo de nostálgicos algo subiditos- ahora la sensación es como de estar todo muy extendido, tal vez sea también porque ahora todo es más abierto y expuesto y casi ningún secreto escapa a la luz durante largo tiempo como ocurría antes, pero también tengo para mí que el relativismo ha causado un daño enorme en nuestras sociedades.
Por eso, no es tolerable lo intolerable, ni ampararse en la imprescindible libertad de expresión para injuriar, vejar miserablemente y hacer apología del crimen y el delito.
No se trata de criminalizar a su vez el típico desahogo o exabrupto como algunos dicen, sino de poner coto a algo infinitamente peor y que ni es tan marginal como se pretende ni afecta en exclusiva a eso que Pablo Iglesias llama "el lumpen", sino que sorprende a menudo en gentes presuntamente ilustradas y se está convirtiendo en un síntoma evidente de nuestro envilecimiento.
Aunque finalmente no haya sido un crimen estrictamente político sino fruto de la inquina personal, es obvio que el ambiente no está para muchas cerillas y más de un gurú de alcachofa y algún comicucho deberían replantearse un tanto el discursito, en los medios la responsabilidad debería importar tanto o más que la cuenta de resultados, pero es opinión muy personal y minoritaria, asumo.
También barrunto que a medida que la cosa vaya mejorando este tipo de cosas pasarán a segundo plano porque todo es tan viejo como el mundo y la vida sigue igual, como en la canción...
Descanse en paz Isabel Carrasco.
14 comentarios:
Entre todos habría que despojar a este crimen de toda connotación política.
Claro que algunos ya han hablado más de la cuenta de forma totalmente irresponsable.
El gran trasfondo del asunto es, como apuntas, la justificación de la violencia. España, por desgracia, parece terreno abonado para estos comportamientos.
Al igual que con la corrupción, aunque yo creo que el problema es el excesivo poder que tienen nuestras instituciones. Esa capacidad que tiene un señor para darte una licencia, permitirte construir una casa en las afueras, la extorsión administrativa a la hora de emprender un negocio...
Si eso se liberalizara, si no dependiera de ellos y surgiera de forma más espontánea, otro gallo cantaría. Para eso, también, debería reducirse a la mitad de la mitad todo lo que tenemos, inclusive el presupuesto.
Tendríamos que conseguir que, ser corrupto, no saliera a cuenta (casi imposible, lo sé).
Un saludo, Maribeluca.
Sí, no es una excepción lo que ha sucedido porque otras peores o iguales ha habido en todo momento de nuestra larguísima Historia política, una de las más antiguas de Europa.
El problema es que en cuanto hijaputez no hemos dejado de sufrirla en los últimos 3.000 años, de cuando Iberos y Celtas se arreaban la badana. No sé si habrá droga o creencia alguna capaz de eliminar las "hinchadas", es decir el espíritu tribal africano que nos dejaron los iberos en tiempos de cuando llegaron a Atapuerca.
Respecto a lo que dices de "no todos los políticos son corruptos" debo informarte de que personalmente he conocido a DOS que no lo eran.
Que gran digusto para los que querian ver un crimen polito.Y ahora resulta que de eso nada.Claro en nuestra nacion,todo se tiende a politizar,un saludo,
Trecce. me temo que ya es muy tarde.
Herep, parece imposible tanto odio pero es real, claro que hay ideologías concretas que se basan en ello estrictamente.
Estoy de acuerdo; a menudo se dice que la liberalización del suelo propugnada por Aznar fue la causante de la burbuja, pero tal cosa es falsa ya que finalmente no se llevó a cabo porque socialistas y nacionalistas catalanes la paralizaron en los tribunales.
Tella, por supuesto que también se da en otros países, pero aquí el cainismo es más norma que excepción desgraciadamente.
Agustín, ya pasó recientemente con el desgraciado accidente de la familia de Alcalá de Guadaira y algunos suicidios explotados mediáticamente de forma torticera, pero muchos no aprenden y sólo buscan enmierdar el ambiente.
¿ Qué manera de manipular la realidad?
62-100, repito, 62-100, no digo más.
MAMUMA, se lleva mucho últimamente.
isra querido, me debo haber levantado algo empanadica, no lo pillo...
Bueno, yo conocía a Isabel Carrasco y no se si habría algún motivo de tipo personal para ese crimen. Lo que sí se, que Isabel era muy odiada por esa izquierda que padecemos, porque no la podían meter mano y ganar. Es algo de lo que le pasa a Esperanza Aguirre en Madrid
Es evidente que muy personales José Luis, y aún parece haber más de lo que se ha contado.
Las ideologías que promueven el odio y el crimen deberían estar todas equiparadas en la prohibición.
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