EL CUENTO DE LA BUENA PIPA BY PERICO

Ya hemos vivido el pistoletazo de salida y preludio navideño que suponen los festivos de la Constitución y la Inmaculada en los que se inauguran los adornos y luminarias varias para hacer ambientillo y de paso caja, y parece que la cosa está mucho más animada que en los últimos tiempos a tenor de los números, porque en cuanto a gentío siempre es un horror poner un pie en la capital del reino durante esos días y es preferible buscarse un plan alternativo ajeno al riesgo de ser aplastado por las masas, como por ejemplo poner el propio Belén y el arbolito y dejar que poquito a poco nos invada el espíritu navideño que nos hace bajar la guardia y estar todos un poco más blanditos...o casi todos, ya saben, ya decía Manolito el de Mafalda que él al enamorarse no escuchaba violines sino cascotazos en un tambor.

 

El que es casi siempre suaaave y blandito en apariencia,  vaporoso como las nubes que dicen que cuenta su antecesor, es Periquín de los Palotes, el del tabarrón federalista.

 

Siempre con la camisa blanca de su esperanza, aunque con estos fríos ha hecho una concesión al jersey rojo y una chupa, cada vez que le preguntan sobre lo que sea su respuesta invariable es que hay que cambiar la Constitución; el otro día una señora efusiva le achuchó en lo de las puertas abiertas del Congreso y le gritó "¡pero qué guapo eres y qué cuerpo!", "gracias señora, pero hay que cambiar la Constitución", después fue visto en un mercado al lado del puesto de pescado y cuando le arrimó la alcachofa la periodista para preguntar sobre asuntos pedestres del interés de los mortales, el galán le espetó que Rajoy es un inmovilista y que hay que cambiar la Constitución, of course.

 

Es un remake del famoso cuento de la buena Pipa o del chiste del perro Mistetas, y más o menos con la misma gracia- yo diría que incluso menos, porque el chucho aquel y los del Curro tenían su punto- pero a él le pirra, y a otros tantos que se apuntan al carro también, y por supuesto, con las mejores intenciones todísimos, no se nos vaya a ocurrir pensar mal en tan entrañables fechas.

 

Mira que les gusta jugar con las cosas de comer y abrir melones sin ton ni son sin concursar en eso del Top Chef ni nada.

 

La culpa toda es de Mariano claro, en eso es en lo único en lo que se pone de acuerdo toda la oposición en pleno, aunque haya sido precisamente el que no ha cambiado de discurso y haya dado muestras de sensatez en asunto semejante, menudo tío aburrido.

 

 

El día de autos dejó otras anécdotas, aparte de las ausencias que ya no son noticia salvo porque en esta ocasión fueron multitudinarias, segurísimo que todos tenían cosas más importantes que hacer, el presidente del Congreso leyendo el discurso se autoproclamó presi de todo y todos, y también metió la gamba con las fechas, no tenía el día muy fino pero seguramente no se lo tomaron muy en cuenta.

 

Para que la tomaran muy en cuenta sin embargo, la magenta montó un pollo con un cartelito para hacerse notar y ver, como suele soler, y como el anterior mencionado se lo hizo quitar fue invadida por la ira de los justos-otra vez- y casi le da un pampurrio, así que fue a chivarse a los polis que por allí habitan porque "la seño" es de la casta y no la hace caso- o igual es que la seño es ella y no se aclara- y luego lo volvió a poner porque viste mucho escupir hacia arriba y que hablen de uno aunque sea bien, o era al revés...esperen que me lío, lo dejaremos simplemente en que hablen de una y ya.

 

 

También dieron la nota los revolucionarios institucionales, menuda novedad, el señor Cayo- más que nunca disputado su voto porque se lo han birlado- y su acompañante Juan Cente...estoo, José Luís Centella, alias Robin Hood, aunque a mí me recordaban a otra peli más reciente, piensen mal y acertarán que decía mi abuelita.

 

 

Y seguro que me dejo algo porque todo esto lo he sacado de verlo así por encima, pero me están dando mucha envidia porque me recuerdan mucho al cole y algunas veces lo echo de menos.

 

Luego, juegan juntos al "mocovirus" en el patio y acabadas las clases se van de birras.

 

Por lo demás, iba a hablar de las mareas negras de jueces prevaricadores, más silentes pero también más perniciosas que las de otros colores como se ha visto estos días, del profeta coletudo y sus huestes amedrentadoras intentando censurar a los que les sacan la hemeroteca y sus querencias filoetarras a cuenta de lo de los prevaricadores jueces, y del también justamente cesado consejero bocachancla de la cosa sanitaria madrileña, eso sí, después de darse el gustazo de decir en voz alta lo que casi toda España piensa de los señores Limón (nos han salido pelín desagradecidos, bastante irresponsables y muy aprovechateguis), pero esto ya es un poco largo, quien mucho abarca poco aprieta dice el refrán, y lejos de mi intención aburrir al personal.

 

 

Por si alguien tiene interés, la voluntaria repatriada "desconocida" está perfectamente, debe ser que todo esto si no hay morbo y tajada por medio ya no es noticia porque no me acabo de creer que se haya perdido del todo el miedo al virus apocalíptico.

 

 

 

Posdata: seguro que habrán adivinado ya la película aunque ninguno de los infelices se parezca demasiado a Jim Carrey.

 

¿Hace frío, Pedrito?

Que no te he dicho que sí ni que no, que digas si hace frío o calor, que yo lo que quiero que hagas es cambiar la Constitución.