FELIZ NAVIDAD

Tenía en mente medio hilvanado otra clase de escrito para comentar distintos sucesos acontecidos y además felicitarles la Navidad, pero me parece que serían demasiados temas importantes mezclados para despacharlos en apenas un rato que es de lo que dispongo, así que ni lo voy a intentar.

Y tampoco me sale de las narices que nadie me marque los temas, mucho menos que nadie los cerdos criminales yihadistas, con perdón de tan noble y aprovechable animal, ni tampoco los correspondientes tontos útiles del buenismo suicida o los otros tontos-más útiles incluso- a la causa que persiguen los primeros, con todo lo que ellos se crean y proclamen, y que en todas partes suben como la espuma.

No hablaré de los fantasmas y fantasmones varios de Navidades pasadas que se añaden a los de las presentes.

Hay demasiada gente que quiere que se hable de ellos con cualquier excusa y aunque sea mal.

Y no es que falten motivos para pasear la lengua y seguir haciendo amigos por el mundo, pero a veces, algunas veces, ni siquiera merece la pena.

Y tampoco quiero parecerme al Grinch sino a una dulce pastorcilla del Belén viviente (quien no me conozca que me compre, aunque también tenga mi corazoncito)

Esta vez tampoco hay regalitos personalizados como hace un par de años en que me esforcé mucho por agradar y tampoco cambiaría casi ninguno de los que hice, la verdad; ni tengo el ingenio malicioso para inventar sobre la marcha un villancico o asignar los papeles para un Belén de famosetes, más allá de una idea general en la que la Sagrada Familia no se toca, más que otra cosa para no incurrir en sacrilegio tal como está el patio, la mula y el buey lo podemos dejar en vacaburra,  y el caganer/a tiene varios candidatos, a cada cual que imaginen mejor...

Los borregos y demás bichos, con perdón de los amigos de las ladillas, también están asignados al pastorflauta correspondiente.

Los Reyes Magos tampoco se tocan porque le da la realísima gana a mi menda que soy monárquica y ya nos dará a buen seguro que hablar la Cabalgata de la Manola.

De salud ando fetén porque no me ha tocado ni una pedrea de la lotería, y no como a los de Ferraz a los que el dinero tampoco ha traído la felicidad pero sí aún más grescas, y a los de no sé dónde del Partido Comunista que se han puesto más moraos que rojos, en esta ocasión no porque se los hayan merendado los de Podemos sino por los millones, ya iré pronto a reclamar mi parte para combatir la desigualdad y todo eso que dicen, ojito con gastárselo y quedárselo todo ¿eh?

Para que luego anden queriendo quitar estas fiestas religiosas los muy laicistas y va y les toca el Gordo de Navidad, no tengo muy claro si es una prueba de fuego para la fe de algunos o para que otros con la emoción y la alegría se conviertan, pero tiene guasa la cosa.

Y como a estas alturas de lectura seguramente se habrán dado cuenta de que voy de inspiración justita, no les aburriré más; es muy probable que mi inspiración sea bastante más fluida después de una o dos cañitas navideñas que me tomaré en escasos minutos con el vecindario amigo, pero también es más que posible que no sea la debida inspiración, es algo que nunca sabremos hasta que lleve a cabo semejante experimento creativo.

Les deseo que  pasen una muy FELIZ NAVIDAD con los que quieren, y que en el balance del año no pese tanto lo doloroso como lo bueno, y si es así, empieza un año nuevo para compensar...

Por último, no olviden que aunque demasiado a menudo no lo parezca, y también haya muchos empeñados en que sea así, hay más luz que oscuridad, más amor que odio- sí, digan lo que digan los demás, como la canción de Raphael- lo que sucede es que salvo excepción, no es noticia, la sencillez y la normalidad nunca hacen ruido.

Así pues, celebremos EL BIEN.

Hasta pronto.