Esta semana se ha conocido la sentencia del famoso "Caso Nóos", que casi todo español esperaba impaciente tricotando con el gorro frigio, y como suele suceder ante tan enorme alarde de sensacionalismo mediático, amén de otros debates de antemano viciados con diversos prejuicios, la cosa ha sido de mucho más ruido que nueces.
A los que gustan de ver a la gente arrastrada y triturada en razón de su posición social antes que otra cosa, es obvio que aunque hubieran sido los veinte años que se pedían también les habrían sabido a nada, aunque en no pocos casos les parecen demasiados para los etarras y otras gentuzas con muertos a sus espaldas.
Al celtíbero general, que ejerce con entusiasmo de abogado, fiscal y juez, todo en uno, amén de seleccionador futbolero y presidente de gobierno, pues tal como está el ambiente en la corrala con los estragos de la crisis, las corrupciones- las de "lacasta", claro- y los populismos exacerbados que se derivan de todo ello, es obvio que también se le antoja una birria.
Yo no sé quién tendrá la razón en lo mucho o poco, pero lo que sí tengo claro es que con ser un escándalo, todo esto ha sido de una desproporción absoluta y que ha estado viciado desde el primer minuto y por todas las partes sin excepción, aunque algunos sólo quieran ver la que corresponde al fiscal, como si fueran igualmente muy normales ciertas declaraciones del juez instructor de la moto que fue pillado de copas con la abogada de la acusación popular, esa señora que se pinta como una puerta y que formaba parte de un falso sindicato cuya función, presuntamente ejemplar, era personarse en todas las causas de relumbrón para hacerse publicidad aparte de llevarse mordidas por extorsionar a los encausados en ciertos casos y en otros para precisamente no terminar en litigio (presuntamente claro, aunque a ellos se la refanfinfle la presunción de inocencia de los demás)
Así que me ha sorprendido lo ponderado de la sentencia en este momento en que algún puñetero juega a justiciero salchichero para caerle bien a la masa en estado de indignación permanente, y qué quieren que les diga, me parece que la profesionalidad, entre otras cosas, es lo mínimo exigible en una democracia digna de tal nombre, y que una cosa es el reproche social, y otra distinta que los juicios no se atengan a criterios puramente razonados, probatorios y técnicos como es menester.
Y más cuando la presunción de inocencia ya no existe, sino al revés.
El experto penalista José María de Pablo se felicita por el hecho de que Manos Limpias haya sido condenado a pagar las costas, algo muy inusual cuando atañe a la acusación popular y que solamente sucede cuando queda evidenciada la mala fe.
Y además, y esto es de mi menda, anda que no ha dado el cantazo que los extremos diestros y siniestros han ido juntos de la manita en aprovechar las andanzas del duque sablista, las de los demás imputados una higa importaban, para tratar de cargarse la institución monárquica y "el régimen del 78", que es el que les ha permitido seguir siendo a pesar de sus propias limitaciones y hasta hace poco escasos afectos.
Sucias son las manos que delinquen y las que intrigan y retuercen para arrimar el ascua a su sardina mientras también de paso- presuntamente- delinquen.
Por otro lado, y opiniones aparte para todos los gustos, algunas más informadas que otras como es natural, sería muy de agradecer que en general fueran emitidas con mayor sentido de la prudencia para no tener que escuchar o leer tantas barbaridades y estupideces a tutiplén, algunos no saben la suerte que tienen de que hablar sea gratis, y también de que poner la cornamenta a la parienta o pariento ya no sea delito o según su criterio estarían en el trullo, y de ignorar que se los ponían, prueba absoluta de imbecilidad total sin remedio.
Claro que, haberlos haylos.
No sé por qué me han venido a la mente ZP en la mala compañía asidua de Maduro, y el del No es No que vuelve por sus fueros con renovados bríos porque sus reiterados y estruendosos fracasos le debieron saber a poquito.
Claro que los supuestos sensatos de la gestora también se han apuntado a pasear el ataúd del Invicto que siempre vale para un roto o un descosido, ellos que cuando mandaron pasaron mucho del asunto y hablan tanto ahora de coser el carajal del partido, y es que algunos nos preguntamos que sería de muchos sin él ahora que ya no le tienen susto y lo fetén que les viene para vivir del muerto y tapar lo suyo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario