Suspiro de alivio general- entre los malvados lacayos del mundialismo, se entiende- por el momento no hay Frexit, y el "candidato de las élites" ha vencido a la "candidata del pueblo" y toda esa farfolla para mentes simples de todo olor, color y sabor con un trasfondo real en los diagnósticos y unas recetas del todo irreales como soluciones.
La celebración tiene que ser contenida y prudente porque el dinosaurio ha venido para quedarse y no conviene engañarse sobre sus posibilidades; además, el trabajo que le espera al flamante y novedoso presidente de la República es de tal calibre que no me gustaría estar en su pellejo, las inercias y resistencias que le aguardan no auguran la fácil aplicación de la cirugía prometida más que necesaria, y es más obvio que otra cosa que ha sido elegido no por sus medidas sino como dique de contención.
Por otra parte, justo es también admitir que demasiadas cosas no funcionan bien y no todo se arregla con calificar de populistas a semejantes salvapatrias, aunque lo sean, y la inmigración masiva y su falta de integración en los guettos donde no imperan las leyes ordinarias ayudan a mantener vivos el malestar y la indignación que son perfectamente comprensibles, junto con otras variables pueden resultar letales para la convivencia, y en Francia se dan de modo muy particular esas circunstancias.
Macron ya cuenta con el apoyo de Manuel Valls que da por casi finiquitado al hasta ayer su partido, y por el centro y la diestra también suenan nombres muy conocidos para integrar un partido que debe construirse con cierta prisa para las legislativas de Junio.
Por su parte, la señora Le Pen ha recibido bastantes críticas internas por haber tirado por la borda su labor de "desdiabolización" del chiringo paterno al que consiguió lavar la cara y modernizar un tanto, con su actitud agresiva y sus carencias de datos en el debate- no sé si les sonará de algo- y quiere abandonar la Secretaría General para dedicarse de lleno a preparar la siguiente confrontación comenzando por cambiar el nombre al partido; otros, entre ellos su sobrina, quieren que se largue e imponer la vía dura (también les sonará bastante)
Trasladado al terruño del otro lado de los Pirineos, salvo los de Vox y España 2000 y lo que quede de la Falange, casi todo el mundo está contento o más tranquilo por distintos aspectos, la estabilidad en el bolsillo el principal, y no es para menos.
Sólo hay alguien que vive en la euforia incontenible, y no es otro que el nen Rivera, que ya considera que Suárez y los liberales de Cádiz quedan muy lejos, y ya anda en la tercera o cuarta reencarnación de ilustres.
Reencarnarse en alguien existente tiene sus peligros, ojito.
Debería intentar que todas las cosas se le noten menos, la verdad es que de tantas medallas que se autoconcede no le cabe ni una más en la pechera y me está recordando al mago Andreu que en todas sus actuaciones se colgaba una muy gorda con gran desparpajo, y eso sí, con mucha gracia.
Lo cierto es que se asemejan mucho en que los ha aupado el sistema como medida de emergencia ante la amenaza de ruptura y en que son de procedencia socialdemócrata reconvertidos, en cuanto a experiencia y currículum terminan las semejanzas.
Por lo demás, no sabemos si quedará algo del PSOE después de los amores reñidos de puñaladas traperas en las primarias y la sorpresa y el susto han renacido con los avales conseguidos por Perico que no estaba muerto que estaba de parranda...
Mientras se despellejan sin remilgos, lo que más ha sonado estos días, aparte de las movidas de la familia "honorapla" que por fin está en capilla, y nunca mejor dicho, por sus presuntas evasiones y mangancias en comandita, ha sido lo de los casi atados presupuestos generales, a falta del disputado voto del señor Quevedo, que no Cayo, y de lo que ha costado el tractor de Aitor, que no sabemos si es amarillo, pero es lo que se lleva ahora.
Parece ser que ha salido bastante carillo, como casi siempre en tales ocasiones, aunque por esta vez salvo algún detalle menor, y salvo sorpresa, en dineros contantes y no en cromos políticos.
Tocaba revisar el Pufo Vasco, que guste o no, está en la Constitución que casi nadie ha leído.
Y es además pura aritmética, así que traducido, son lentejas o elecciones, que también son carísimas y generan componentes de inestabilidad con lo que pueden comprometerse las cosas de comer que han tomado un buen rumbo y velocidad pese al parecer disgusto de muchos.
Así es que a mi menda, a quien le hace la misma gracia que a casi todo el mundo salvo a los beneficiarios, como no pocas veces ha sido expuesto en este blog que ya tiene añitos, también le hace mucha gracia que si tan malos son el bipartidismo y las mayorías absolutas ahora se vayan a quejar de las más que cantadas consecuencias precisamente los mismos que se quejaban a todo trapo de lo anterior.
Claro que también chillan por el rescate bancario y si se dejan caer los bancos, como pasó en Chipre.
A saber lo que hubiera sido con media España con cuenta en banca sistémica, por no dar nombres malditos.
Hombre, a ver si se aclara la peña ibérica porque una de ambas opciones es entendible, pero las dos a la vez ya es más complicadito y tampoco creo que haga falta ser una lumbrera cósmica ni hacer un máster, la cuenta de la vieja también sirve y no sólo para los que somos de Letras.
Pero si no descuiden que ya vienen Alberto Garzón o Echeminga Dominga y nos lo explican, aunque uno deba una pila de millones a la Seguridad Social de IU y el otro deba la de la chacha ilegal.
Me doy cuenta de que tengo que cambiar un montón de etiquetas obsoletas, aunque siempre existirán los cansinos y los tontos útiles, con o sin bellotas.
POSDATA: la señora Macron es lo mismo que Melania Trump, pero al revés ¿no?
Por lo visto, sigue siendo que no...
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