El Domingo pasado fue un día muy triste al coincidir el recordatorio de la masacre terrorista del 11 de Marzo con el hallazgo del cuerpo del niño desaparecido que miles de personas estaban buscando, y que tenía a toda España en vilo, uno de esos casos muy mediáticos.
Me ahorro los detalles que todo el mundo conoce, y aprovecho para decir que me repugnan las turbas incluso cuando les asisten razones, como es el caso.
Tanto la resolución del caso de Gabriel, como los ecos aún muy cercanos del de Diana Quer, han venido a coincidir en el tiempo con el debate parlamentario para poner en marcha la derogación de la Prisión Permanente Revisable que se aprobó en la legislatura de la mayoría absoluta del PP, concretamente en el año 2015.
Contrariamente al tópico, no se hizo "en caliente", pero se va a derogar en medio de gran crispación social por unos hechos execrables, que como todo el mundo sabe son tratados de forma muy benigna para los criminales en nuestro país.
Lo cierto es que si hoy hemos llegado hasta el penoso espectáculo ofrecido por los nacionalistas recogedores de nueces y la izquierda derogadora, con los familiares de las víctimas presentes, es única y exclusivamente por su extraviada idea de compadecer siempre antes al delincuente, la culpa de sus hechos es de la sociedad aducen casi invariablemente.
No vale para Blesa o Rodrigo Rato, conste.
Lo cierto también, es que tampoco habríamos llegado al momento de hoy si los que siempre se ponen de perfil y quieren nadar en todas las aguas sin mojarse, no se hubieran abstenido hace escasas fechas propiciando la admisión a trámite del entuerto y rompiendo el bloqueo gubernamental, se pueden admitir las enmiendas que se quieran sin necesidad de derogar nada, pero aunque hayan rectificado vistas la indignación ciudadana y la exitosa campaña de firmas, es demasiado tarde.
Ahora ya no es "demagogia punitiva", que decían hace nada mientras arrasaban la presunción de inocencia de no pocos, y en particular de la difunta alcaldesa de Valencia.
Ahora es que es poca cosa la PPR, y otro supuesto más duro, no será sin duda ni inconstitucional ni demagógico.
Qué bien.
Veamos, ya puestos, casos flagrantes de "politización del dolor", dicho por Pablenin el obsceno valedor de terroristas y de toda esa siniestra filocriminal, o de esa otra que sin amar a los etarras como colegas aunque errados, tiene esa estúpida idea de la educación reinsertadora por delante del castigo al delito y la protección de los inocentes; sólo los más sonados, no es cuestión de hacerme vieja escribiendo.
Ya que estamos en las fechas que estamos de Marzo, la manipulación repugnante- y en "muy caliente"- del crimen aquel con fines políticos más que evidentes (salió bien)
Por entonces también, un accidente de un petrolero y otro de un avión con militares.
Toda clase de desgracias derivadas de la crisis rampante (despidos, desahucios, etc)
Uso indiscriminado, torticero y espurio de "la corrupción" (la de los otros, clarinete)
Actualmente, manipulación dolosa del tema de las pensiones, las mujeres, y de todo aquello susceptible de caldear el ambiente en rédito propio, cosas que han estado siempre ahí, y bastante peor que en el momento presente por cierto en muchos casos, pero entonces no les picaba nada porque mandaban ellos o porque aún no estaban maduros gracias a los medios de masas.
No tardando les anticipo que tendremos un remake de camisetas verdes porque ya han abandonado el mal llamado Pacto Por la Educación, un eufemismo para lo que siempre ha sido su cortijo y cuando se intenta un cambio "si no haces lo que yo digo, la lío", cosa que les funciona divinamente porque al final todo quisque se harta y renuncia al empeño (en ése y en casi todo gremio cuando peligra el dominio del cotarro)
Hoy he visto una viñeta excelente en la que un futbolista le gritaba al árbitro que derogara la tarjeta roja porque no había logrado evitar una tremenda patada a un compañero doliente, y parece mentira que ciertos caletres no comprendan algo tan evidente.
Ya me tendrán que explicar cómo no entienden que sí podrá evitar muchos de los siguientes mientras el monstruo está a buen recaudo, y hasta estudia carreras a cargo nuestro el pobrecito.
Ya me tiene que convencer alguien de que es más humanitario o avanzado socialmente que salgan cuanto antes un terrorista o un tipejo que corta la cabeza a sus hijas con una radial.
Supongo que después de todo esto no se escandalizarán cual damiselas decimonónicas por una pequeña licencia sedativa, y ya que vale hasta prender con gasolina toda clase de símbolos por mor de la libertad de expresión y no significa incitar a la violencia ni todas esas zarandajas:
HIJOS DE PUTA
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