Hoy va de európatas, y a ver si no perezco en el intento porque cada vez que uno lee más acerca del tema de Chipre se lía más y más, y eso que se supone que con ello se contrasta y se clarifica el objeto de estudio, supongo que eso sería antes (como ya casi todo)
Se supone que los partidarios de dejar caer a los bancos en plan islandés deberían dar palmas con las orejas; pues no, ya se sabe "no rescatar la Banca/ nacionalizar la Banca", todos tenemos nuestras contradicciones en la vida, pero las hay realmente llamativas, y eso que al final la quita será solamente "para los ricos"...
Otros partidarios de que el que la pifie que la pague a ultranza pero de otra adscripción ideológica tampoco están contentos por el mensaje de inseguridad jurídica para inversores y la injusticia para los depositantes, pero también depende, porque hay liberales que lo ven así y otros dicen que es mucha mejor solución privatizar las pérdidas que socializarlas y así Juan Ramón Rallo dice que el parado de Soria no tiene por qué pagar con sus impuestos los pufos de los oligarcas rusos y me parece una observación tan razonable como las del principio del párrafo (claro que, y esto es un inciso malévolo, será porque en este caso Rajoy y Montoro nada han tenido que ver), pero insiste en que el recurrente discurso "antirrescates bancarios" -que tiene una parte de verdad- no es en absoluto aplicable al caso y que la mayoría de los acreedores- aparte del BCE que tiene preferencia de cobro sobre los demás- son los depositantes chipriotas y rusos que se convertirán en accionistas.
Añade que eso no significa que la Troika no haya cometido graves errores en la gestión del asunto, y a la vista están los que han sido y son, pero el principal sobre la quita a los depósitos de hasta 100.000 ya fue subsanado (claro que esto lo escribió antes de que esa nueva lumbrera sociata holandesa que sustituye a Juncker, y que según Ramón Pérez-Maura en ABC es el principal artífice de la cagada y pese a su curriculum el único gobierno que votó contra su candidatura fue el nuestro, como también junto al italiano contra la medida de marras polémica en un principio, abriera la bocaza para volver a liarla en las Bolsas)
Carlos Rodríguez Braun y otros analistas vienen a coincidir en lo principal: es un caso anómalo y excepcional de un sistema bancario sobredimensionado hasta extremos inasumibles y menos para el tamaño de Chipre y además un lavadero de rublos, porque hay que contarlo todo para entender la peli con lo facilón que es cargar toda la responsabilidad a los que tienen que prestar, y favorecer de paso nacionalismos tontorrones que les vienen de perlas a los principales responsables, aunque insistamos en que lo estén haciendo fatal y volviendo a sembrar dudas sobre la viabilidad del euro; en el pecado llevan también la penitencia por haberles permitido entrar y hacer la vista gorda hasta que la cosa se ha convertido en problema general.
Claro que también se han echado la culpa unos a otros, los alemanes decían pío pío yo no he sido que ha sido el jefe del gobierno chipriota el de la ideíca y viceversa.
Gabriel Albiac se abona a la primera tesis y no se explica cómo han podido caer las autoridades de la UE en una trampa tan previsible por parte de unos mafiosos que deberían haber dejado fuera de la unión ( según las encuestas eso colmaría los anhelos del personal, aunque yo intuyo que duraría poco rato porque entonces las consecuencias serían todavía peores), y señala John Müller con acidez en El Mundo que "la culpa de la última crisis del euro no es de los chipriotas, es de Ángela y su gobierno , y no se cansen buscando explicación" , pero también (...) "no puedo imaginarme al contribuyente alemán salvando a unos bancos chipriotas cuyo modelo de negocio está basado en permitir la evasión fiscal" dijo Sigmar Gabriel el simpático líder socialdemócrata que le cortó toda retirada a la Canciller",y es que también y aunque efectivamente no tenga toda culpa y sea de lo más simplista pintarle un bigotito, Angelita ya he dicho más de una vez que también tiene lo suyo, y lo suyo principalmente son unas elecciones en puertas.
Así que ni todo es negro ni todo es blanco como tantos pretenden, y ahora todo el mundo se rasga las vestiduras porque los que hasta ayer mismo siempre tenían la razón en todo- porque cómo iba siquiera a tenerla en algún caso nuestro gobierno por Dios, que nos rescaten de una vez- pues se han convertido en lo peor de la noche al día, y yo defendía lo mismo que hoy, que depende, y que ni tanto ni tan calvo, pero es de suponer que sigamos con nuestros ridículos extremismos de europeísmos idealizados o de volver a la autarquía y al botijo.
Estoy saturada del típico "ácrata ibérico" de las normas son para los otros pero no para mí, y que cada palo aguante su vela pero aplicado a los demás, nunca a sí mismo; no es que me parezca mal en principio, pero si todos hiciéramos eso mismo en nuestro entorno familiar, laboral o de amigos este mundo quizás sería más justo en cuanto a tener cada cuál lo que merece, pero sin duda también mucho más cruel, y ni qué decir de dónde estarían muchos de los que tanto piafan y tanto pían.
Además el ácrata presunto, luego suele ser un partidario del paternalismo estatal que te rilas, sea siniestro o diestro, y no le hace ascos a ningún "derecho social inalienable"; para compensar tenemos al otro extremo, el libertario total que no quiere Estado alguno, y pese a no parecer dogmático en un principio, no contempla que a veces hay que ser adaptativo a las circunstancias, aunque sea de forma coyuntural y por razones bastante obvias, y toda esta gente que por lo normal se da de bofetadas ha encontrado un nexo común, alguien a quien detestar, aunque ya veremos lo que dura el idilio.
Para bien o para mal todos formamos parte de una sociedad y habrá que encontrar el justo equilibrio entre que cada palo aguante su vela y el comernos todos por igual los marrones de algunos, porque si bien es verdad que es una estupidez pueril creernos inocentes de toda cuota de culpa ya sea por votar, no votar, o hacer mal uso o abuso de derechos que pagamos todos, endeudarnos irresponsablemente o cualquier otro supuesto de actualidad, no deja igualmente de ser cierto que las consecuencias son muy distintas para unos y otros y muchas veces la cuota de responsabilidad no va en consonancia.
Eso sí, desde los cauces debidos y con criterios de rigor y no desde el absurdo y la insensatez de la chusmocracia sans-culotte ya y demás engañabobos.
Pero vamos a ver si entre todos podemos conseguir no imposibilitarlo del todo, porque unos y otros estamos jugando con fuego.