Jueves Santo, y parece un día exactamente igual a todos los que hemos dejado atrás desde que empezó el confinamiento; habrá que realizar un necesario ejercicio de introspección adecuado a la ocasión, aunque tanto encierro empieza a favorecer la dispersión mental, al menos en mi caso cada vez me resulta más difícil la concentración y empiezo a echarme sueñecitos cuando menos debo, a pesar de mantener los hábitos rutinarios todo lo posible, y en general un buen estado anímico.
Retiro lo que dije el otro día sobre la ministra que no asustaba, todavía no la había visto explicar para Barrio Sésamo lo de los ERTES mientras se partía de risa con la que está cayendo.
Y con lo malvada que era la Reforma Laboral oigan, fíjense si se la hubieran cargado del todo.
Este fin de semana igual nos libramos de la homilía del deprimente porque hoy estaban en el Congreso aprobando la prórroga de encierro y espero que tenga a bien respetar por lo menos la Bendición Urbi et Orbi y no buscarse también una mitra de darse el caso.
Últimamente quiere camelarse a todo quisque mentando los famosos Pactos de la Moncloa, pero es una excusa para hacer compartida la debacle de la gestión y los previsibles resultados de las medidas económicas erróneas.
Además, como no tienen nada de lo que arrepentirse, frase literal habitual, la culpa es de los presuntos recortes peperos y todo el que les lleva la contraria es facha, no acaba la cosa de colar.
Hacer oposición tampoco es nada fácil en semejantes circunstancias, porque lo primordial es ser responsable sin dejar de ser crítico pero sin pasarse de frenada, algo bastante generalizado en los últimos tiempos de la política como show y más ahora con la emotividad enervada de todos.
Sin embargo, el Gobierno no puede escudarse en eso para limitar el trabajo del resto de partidos ni el de los medios como está haciendo, menos que nadie ellos cuyos episodios memorables de agitación callejera y deslealtad son abundantes en lamentables ejemplos a cuenta de toda clase de desgracias, desde un naufragio a un perro de nombre artúrico, y que todo el mundo conoce sin necesidad de perder un largo rato enumerando, sólo imaginen lo que harían ellos con tales cifras de muertos.
De la que te has librado esta vez, Mariano.
Para darse el caso de tales pactos lo más lógico sería que se fueran los que están, cosa que desgraciadamente no parece de momento.
Hasta Felipe debe ser facha por criticar a los suyos y elogiar el trabajo que está haciendo el alcalde madrileño.
Pero bueno, aunque cada vez con menos apoyos y más condiciones, han salvado este trance de momento, y pronto se reanudarán los controles que han estado suspendidos en el Parlamento, y no precisamente por el interés general.
El principal partido de la oposición ha respaldado seguir con la prórroga, pero ha votado en contra de varios decretos económicos por lesivos, y los otros dos han hecho lo que hacen siempre.
Nadie sabe cómo será la paulatina y necesaria vuelta a la vida cotidiana habitual, ni siquiera ellos.
Se pisan unos a otros al hablar, se desdicen continuamente, las mascarillas eran totalmente innecesarias salvo para sanitarios o contagiados y ahora resulta que para todos pero no hay, y suma y sigue, en semejantes manos estamos...
Claro que hay ciudadanos también para echarles de comer aparte, ya saben, las normas para todos los mortales salvo ellos, y no es que los demás seamos tontos por gusto, es que ellos son detestables, tanto los que se hacen viajecitos y los pillan en una playa escondida, como los que reciben visitas de familiares o se juntan con algún vecino para la hora de los aplausos en el balcón y con la noble excusa de fabricar mascarillas hacen trasiego de personal por los rellanos.
Ya no digo más que me condeno.
Bueno sí, desaparecido o disimulando por si le cae de rondón algo"el tonto de la gripesita" en sus distintas variables y acentos, sería deseable lo mismo para el tonto ecofascistilla de lo estupendo que está el mundo ahora y "el virus somos nosotros", especie que sigue al alza por el momento.
Ah sí, que estoy hasta el gorro de la cancioncita.
Y como estoy hoy cortita de inspiración, hasta en el título, que el Señor nos ayude a todos y que les sienten bien las torrijas al menos.
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