jueves, 19 de marzo de 2020

QUÉDATE EN CASA (ahora sí)

Siguen los contagios exponenciales aunque ya llevemos cinco días de reclusión obligatoria en nuestros domicilios para lograr un cortafuegos.

Y los que nos quedan.

Aparte de los españolitos corrientes, hay muchos politiqueros contagiados, no todos por imprudencia temeraria y dolosa como los de la pancarta mefítica, de esa juerga sectaria muchos lodos, incluyendo a las "consortas" gritonas del presidente y el vicepresidente, quienes por cierto se han saltado la preceptiva cuarentena ambos dos y varias veces, menudo ejemplo.

El fin de semana pasado, con el caos y el miedo ya desatados ante el anunciado en vez de decretado Estado de Alarma, nos tuvieron largas horas en vilo esperando unas medidas que no llegaban porque se estaban tirando los trastos a la cabeza entre los socios.

Al parecer Pablenin , se dijo como Groucho- pero sin gracia- "tengo que meter las manos en esto", y en lugar de lavárselas y quedarse en casa, se metió en medio del pleno para disgusto de los más.

No se sabe si el presi ya sabía entonces lo del positivo de Begoño, pero después de saberlo también se ha paseado por ahí con un careto insalubre y ceniciento; y no es para menos, por un instante hasta me compadecí de tal sujeto porque nadie desearía estar en el pellejo de nadie en una situación así, pero siempre hacen y dicen cosas que nos hacen cambiar de opinión al momento, porque para empezar petición de disculpas y acto de contrición cero, y para seguir ha tratado de camuflar sus errores en los cometidos por el restos de gobiernos del orbe, y sus medios afectos intentan endosar la culpa a la  oposición, en particular a las comunidades gobernadas por el PP o en coalición, Madrid muy particularmente, que además han ido todo el tiempo por delante en la adopción de medidas, colaborando eficazmente con los que desde el sector privado y la sociedad se han implicado en la ayuda, lo que demuestra que no son para nada antagónicos como ellos pretenden, sino satisfactoriamente complementarios.

Soy de la opinión de que después de la prepotencia exhibida, la imprudencia absoluta contra la salud pública etc deberían haber dimitido en bloque y buscar un gobierno de concentración, tal vez con Felipe Glez y Rajoy al frente, aunque eso pudiera variar, y vista la falta de coherencia y acuerdo ante unas medidas urgentes y necesarias y desbordados por la realidad, pero como no lo hicieron, tampoco podemos estar constantemente disparando al piloto en vuelo, otra cosa es la crítica correspondiente, faltaría más, y exigir responsabilidades incluso penales cuando la pesadilla acabe.

Ni siquiera podemos salir a protestar a las calles porque los filochavistas intentan aprovechar que el Pisuerga pasa por Valladolid para meter con calzador sus recetas nefandas, qué oportunidad de oro perdida para haber cesado al personaje después del filtrado rifirrafe.

En lugar de eso, le han metido en el CNI y a maquinar "medidas sociales", así que tiemblen y seguramente acierten.

Con todo, parieron un ratón de medidas y mostraban como un logro dar los millones que ya adeudaban a las autonomías y ni siquiera todos.
Además, lo que parece una buena medida sanitaria de centralización en esta tesitura, no sólo no está mejorando la fluidez en la obtención de los necesarios equipos, sino al revés, y la situación es de mucha urgencia, sobre todo en Madrid.

Luego parieron más, no todas criticables, pero en general insuficientes y que las tendremos como casi siempre que asumir tarde o temprano los demás, olvidando al sector de autónomos hasta que por fortuna y las presiones han tenido que rectificar y eximirles de las cuotas estando sin actividad.

En cualquier caso, la quiebra general va a ser gorda, sobre todo si la cosa se alarga meses.
Y buena pinta no tiene.
Algo tendrán que pensar también para la salud mental de la gente, la disposición general es buena, salvo la cuota descontada de cretinos e inconscientes, y no todos madrileños añado, pero no podemos vivir indefinidamente de aplausos en el balcón y de memes.

Lo peor es lo de los abuelitos hacinados en los que se ceba el puto bicho y lo de todos los que se van solos y sin poder siquiera velarles.
Aunque también nos mintieron sobre las cifras de jóvenes...

Para que nos dijeran alarmistas por sospechar incongruencias cuando los chinos hacían lo mismo y lavaban los dineros.

Quien podía imaginar que íbamos a vivir algo como esto.
Ojalá nos hubiéramos adelantado a los acontecimientos ante el ejemplo de nuestros amigos italianos, pero no lo hemos hecho. Tampoco los vecinos, y menos el lerdo sin peine que sólo ha rectificado ante un informe pavoroso y ha multiplicado por dos los aquí habidos, y eso que eran los listos de la clase.

Dios quiera que salgamos todos de ésta pronto, unidos y fortalecidos como sociedad, aunque conociéndonos y con la división que se ha sembrado durante tanto es tirando a dudoso.
Puestos a no rectificar jamás, las cacerolas de unos cuántos tontos.


POSDATA: los niños ya podrán ser creíbles cuando le digan a sus maestros que los deberes se los comió el perro y las citas indeseadas podrán colar que no pueden quedar porque hay alarma militar y un virus infeccioso suelto.

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